sábado, 28 de diciembre de 2013

...Y sin dónde hacer pipí

  por Luis Vicente León
Publicado en El Universal de Caracas
domingo 22 de diciembre de 2013  12:00 AM

Cuando era chiquito comenzaron a popularizarse los centros comerciales en el país. Eran espacios de encuentro, un tanto desordenados, de comerciantes que decidían individualmente la adquisición o alquiler de locales en los que montaban la actividad que les pareciera más atractiva. Los horarios no eran homogéneos y cada quien abría y cerraba cuando le daba la gana y cambiaban de ramo como cambiar de ropa interior. El resultado era un "serendípiti", sin línea conceptual y sin condominios modernos que garantizaran la calidad de un servicio integral. 

Pero el sector fue evolucionando y adaptándose hasta que se produce un salto cuántico con el surgimiento del Sambil Caracas, que crea una referencia que hoy es el estándar del mercado. El nuevo "mall" se diseña no sólo arquitectónicamente sino utilitariamente, estudiando las necesidades de la población y planificando la mezcla y ubicación de productos y servicios a ofrecer. Un visitante encuentra en estas nuevas plazas comerciales recreación, cines, restaurantes, ferias de comida, peluquerías, bancos, oficinas de servicios básicos, venta de víveres y tiendas. Pero, además, es tratado con respeto en un lugar de primer mundo, iluminado, limpio, con servicios sanitarios impecables y seguridad. Los condominios se encargan de la cobertura de servicios básicos, débiles en el entorno. Autogeneración eléctrica, empresas de seguridad, manejo compensatorio de agua, programación de eventos culturales, conservaduría de tradiciones nacionales y locales, entre otras.

El resultado de este esfuerzo se ve en la opinión pública. Según la Ómnibus de Datanálisis de septiembre pasado, el 74% de la población evalúa positivamente la gestión de los centros comerciales por el bienestar del país y se reportan como el tercer lugar de preferencia en la vida cotidiana de los venezolanos.

Ese es el logro de la profesionalización y las inversiones respetuosas con el usuario. Pero es exactamente eso lo que amenaza el decreto reciente de control del sector y que se agravaría con la consolidación de una ley orgánica, si la misma tiene ese espíritu. 

La regulación establece topes de alquileres que hacen inviables las inversiones modernas y pulveriza la posibilidad de usar los condominios como mecanismo para garantizar la calidad del servicio. Por un tiempito es posible que los promotores surfeen con recursos propios los primeros baches que genera esta restricción, pero el futuro de los centros comerciales está cantado si los nudos introducidos por el decreto no son corregidos de inmediato. Se paralizarán las nuevas inversiones, los condominios reducirán los servicios ofrecidos, empezando por la seguridad y los horarios (que ya se ve con la ausencia de horarios extendidos en Navidad). Sería impensable volver a ver un CC grande abierto en domingo La infraestructura se deteriorará exponencialmente. La mezcla de tiendas se pervertirá. La anarquía volverá a ser común y ningún condominio tendrá recursos para comprar camiones de agua cuando falte en su zona (lo que en muchas de ellas pasa a diario) y garantizar que los baños en sus instalaciones funcionen.

Este decreto o una ley equivalente serán la sentencia de muerte de los centros comerciales tal como los conocemos hoy, la razón de una contracción sustancial de empleos y actividad económica y el boleto directo al pasado primitivo del comercio en el país. Ojalá que prive la racionalidad y el presidente Maduro, en esta nueva nota de flexibilización postelectoral, se dé cuenta que no tiene ni pata ni cabeza y decida oír con mente abierta y recapacitar, porque podría no haber nada más bravo que una señora en la calle, sin productos, sin seguridad... y sin donde hacer pipí.

REGRESO AL PASADO

por Victor Maldonado C. 
Publicado en Runrunes l
Sábado 28 de Diciembre de 2013 
Los Centros Comerciales se han convertido en las nuevas plazas de las ciudades venezolanas. Desde aquel lejano 1978 cuando Caracas se vio sorprendida por el CCT, aquella mole inmensa y llena de oportunidades, hasta el presente, lo que ha ocurrido es un cambio social de singular importancia. Un país que tímidamente se asomaba a la modernidad se dio cuenta que así como desaparecían o perdían significación relativa algunos espacios, otros inéditos surgían con una fuerza sorprendente. La gente comenzó a concurrir y a hacer vital lo que en un principio fue un concepto y la aventura riesgosa de un puñado de promotores inmobiliarios.
El cambio fue progresivo hasta cambiar el perfil de la ciudad y de la forma de hacer comercio. Hoy por hoy los Centros Comerciales son espacios para la convocatoria ciudadana, plural y democrática. Déjenme explicarles qué significa eso. Ningún venezolano siente que le exigen alguna condición para tener acceso. Todo lo contrario, por eso son las nuevas plazas de las ciudades, porque allí se comparten los espacios públicos sin sectarismos, sin exclusión, sin alusiones a la división, y con un respeto por la diversidad que está por encima de los promedios nacionales. Pero hay algo más. También la seguridad ciudadana que se vive en estos Centros Comerciales está por encima del promedio. La gente va porque se siente segura, y porque tiene acceso a un conjunto de servicios que se otorgan con calidad, limpieza y dedicación. Son las nuevas plazas porque ellas congregan todas las clases y condiciones sociales, sin requisitos, y siendo cuidados todos y cada uno de los que allí concurren.
¿A qué va un ciudadano a un Centro Comercial? La respuesta a esta pregunta tiene que ver con la característica más crucial del sistema de mercado como co-ordenador social. Van a resolver problemas y a pasear. El 14% va de visita y el restante 86% hace algún tipo de actividad: compran, se divierten, resuelven trámites bancarios, solucionan temas de telecomunicaciones, van a la peluquería, o simplemente usan ese escenario para intentar la aventura del romance. Todo es válido. El 46% compra allí alimentos y bebidas. 32% adquiere su ropa y calzados. 18% va al supermercado y un 13% usa los cines o va a los restaurantes. ¿Qué hay de malo en eso?
Lo cierto es que este “hecho social” representa el 50,5% de las compras de los venezolanos. Precisamente porque se ha logrado esa mezcla de sitio seguro, diverso, cercanía y libre acceso que caracteriza a los centros comerciales. De más está decir que a la gente le gusta. El 78% lo califica como bueno y muy bueno. De hecho es la tercera opción luego de las visitas a las familias y las diligencias especialmente focalizadas.
Eso que disfrutan y valoran tanto los venezolanos tiene un costo de mantenimiento, que por cierto no pagan los clientes sino los comercios localizadas allí. Los Centros Comerciales son grandes empresas de servicio donde el mantenimiento de las instalaciones, las exigencias de la seguridad y el disfrute de instalaciones modernas y limpias se conjugan con el esfuerzo sistemático de hacerlos permanentemente atractivos mediante la presentación de espectáculos y oportunidades que van desde la celebración de bodas comunitarias, tardes culturales, desfiles de moda, presentación de espectáculos como el futbol mundial o las olimpíadas y eso que aprecian tanto los ciudadanos, los domingos de fitness. Son las nuevas plazas y estas actividades son como las viejas retretas de antaño, el atractivo principal para concurrir y apreciar esos espacios.
El costo de mantenimiento de un Centro Comercial promedia los 200 Bs. por metro cuadrado, inversión que garantiza esa extensión en el servicio que va hasta tarde la noche y que se mantiene los fines de semana y feriados. Pero además es un inmenso esfuerzo organizacional de coordinación y disciplina para que los paseantes disfruten de una amplia oferta donde hay de todo, o casi todo. Hablemos de mantenimiento: significa limpieza, reposición de lo que se va desgastando, baños y servicios sanitarios de calidad, iluminación y aire acondicionado, ascensores y escaleras mecánicas, eventos y exposiciones y seguridad.
Todo esto está en peligro. El gobierno dictó una medida temporal que regula el costo de los alquileres de locales y del condominio que hace inviable el mantenimiento de estas “nuevas plazas”. Y amenaza con sacar un decreto ley que las va a llevar a la quiebra. ¿Tiene esto sentido? ¿Tiene sentido acabar con 1500 Centros Comerciales que agrupan 90 mil negocios? ¿Tiene sentido acabar con 360 mil empleos directos? ¿Tiene sentido volver al pasado, retroceder 35 años de modernización comercial? ¿Tiene sentido acabar con la trayectoria ascendente de muchos comerciantes que comenzaron siendo buhoneros informales y ahora son empresarios establecidos que pagan impuestos y producen bienestar? ¿Tiene sentido paralizar el desarrollo de ciudades y regiones? Y por último ¿cuál es la alternativa? El gobierno debería responde con responsabilidad a cada una de esas preguntas e interrogarse adicionalmente si las medidas que está tomando provocan más males que bienes o más bienes que males. Y sobre la base de esa reflexión y frente al país, rectificar, que dicen es cosa de sabios.

viernes, 20 de diciembre de 2013

PUNTO DE NO RETORNO

El régimen Venezolano enfrentó las elecciones con una huida hacia adelante, radicalizando su ataque a aspectos esenciales de nuestro modo de vida occidental: propiedad privada, comercio y Centros Comerciales. Buscando votos, arremetió contra empresarios, comerciantes y propietarios de inmuebles comerciales atribuyéndoles la responsabilidad de la inflación y la debacle económica del país, siendo el régimen su único responsable.
El movimiento tuvo éxito y le rindió importantes frutos electorales al régimen, impidiendo una derrota cantada que todos veían venir. Más allá de las elecciones, las posiciones tomadas del régimen lo han colocado un paso más cerca del "punto de no retorno", posición que no abandonará a menos que se vea forzado a ello. Ha llevado su lucha revolucionaria a un punto muy cercano a un desenlace final y las fuerzas democráticas y el empresariado parecen no darse cuenta de esta situación.
En el año 1973 el sector comercio fue vital en el movimiento que provocó finalmente la caída del gobierno de Allende. Esto lo tiene muy claro el PSUV. No en balde este año su conmemoración de ese evento tuvo destacada importancia en actos y discursos oficiales el pasado 11 de septiembre. De aquí su arremetida contra el sector comercio, buscando votos y anular al más importante sector económico del país, conectado directamente con millones de electores de todas las clases sociales.
Los Centros Comerciales, industria desarrollada por capitales e inversionistas venezolanos durante el gobierno de Chávez, han generado, lejos, el más importante crecimiento en infraestructura urbana en los últimos años, proveyendo de fuentes de trabajo directo e indirecto a más de seiscientos mil trabajadores y se han constituido en el elemento más representativo de nuestro estiló de vida.
Los Centros Comerciales son visitados por dos millones de personas diariamente y todas están totalmente ajenas a la inminente desaparición de este modo de vida.
Los Centros Comerciales proveen al fisco de la mejor herramienta y el mayor volumen de recaudación del IVA, pareciendo que esto no importara al régimen en su carrera suicida por destruirlos.
Los Centros Comerciales son los mayores proveedores de ingresos para Gobiernos Municipales que tienen una fuerte restricción de aportes presupuestarios del situado y su recorte será fatal para estos gobiernos locales.
Los Centros Comerciales no podrán mover por sí solos al régimen de su posición de confort alcanzada a través de las medidas electorales. Tampoco los comerciantes podrán hacer nada frente a las presiones del régimen y la falta de recursos para reponer inventarios. Ni siquiera los Alcaldes, reunidos con el líder del PSUV, podrán cambiar la situación y mover al régimen de su posición.
Lo único que producirá resultados positivos en el esfuerzo por hacer entender al régimen y sacarlo de su posición será la presión de los electores, cuando estos adviertan la pérdida de sus espacios públicos comerciales y la posibilidad de acudir a ellos buscando satisfacer necesidades de bienes y esparcimiento, en lo que hoy es su modo esencial de vida. Esperar que el público se entere de lo que esta pasando para actuar puede ser demasiado tarde pues el régimen se habrá movido, para entonces, a otra posición que sin duda será un "punto de no retorno", como sería una Ley Orgánica dictada con los poderes de la habilitante.
Los Centros Comerciales, al igual que lo hizo el sector de los estacionamientos para poder ajustar sus tarifas, deben ajustar, de inmediato, sus operaciones a la normativa laboral y a la regulación dictada por el régimen de manera que sus efectos no sean minimizados y se constituyan en formadores  de opinión pública y generen apoyo político de la ciudadanía y de los gobiernos locales. Está en juego la subsistencia de nuestro modo de vida ... y eso no tiene precio.  

miércoles, 11 de diciembre de 2013


“HOJA DE DATOS: ¿SABIAS QUE…?."

Por Mario Castro F., SCSM, SCMD, SCLS, SCDP 
10 de Diciembre, 2013.

Caracas. Hay algunos elementos fundamentales de la Industria de los Centros Comerciales, como dinamizadores de la economía y proveedores de bienes y servicios, que obligan a considerar el impacto que tendrán las medidas del Decreto de Emergencia del Gobierno.

1)     En los niveles de renta fija establecidas por el Gobierno, la industria de los Centros Comerciales en Venezuela es inviable. Internacionalmente, la inversión total en un Centro Comercial, incluido edificación y equipamiento operativo, excluyendo las tiendas, es del orden de los Bs.25.850 (SICAD US$2.350) por m2 de área arrendable (área neta comercial excluyendo áreas comunes y de servicios).

2)     Siendo venezolanos y teniendo la imposibilidad de conservar una paridad del poder adquisitivo de estos capitales, los inversionistas apostaron por Venezuela y desarrollaron una pujante industria de Centros Comerciales  en Venezuela. Su reinversión de capital llevó la industria de los Centros Comerciales desde cero en 1999 a 165 afiliados a CAVECECO en 2013.

3)     Los gastos comunes, internacionalmente y en particular en Latino América, fluctúan entre US$8 y US$30 por metro cuadrado de área arrendable, dependiendo del nivel de calidad, seguridad y confort ofrecido por cada Centro Comercial.

4)     Las rentas fijas fluctúan, internacionalmente, entre Bs.220 (SICAD US$20) y Bs.1.100 (SICAD US$100) por m2 de área arrendable, dependiendo del tamaño del local, de su ubicación dentro del Centro Comercial y del volumen de ventas esperado.

5)     La aplicación de renta fija única, renta mixta fija y porcentual y la renta porcentual única dependerá del tipo de comercio o servicios. Los Bancos pagan solo renta fija pues no es posible relacionar el arrendamiento a renta porcentual. Los comercios de entretenimiento pagan solo renta porcentual, pues la renta fija los castigaría excesivamente. Así, renta fija es indispensable en algunos casos y renta porcentual lo es en otros. En el medio tenemos toda una gama de situaciones.

6)     La renta porcentual, internacionalmente, fluctúa entre un 5% y un 15% de las ventas, netas de impuestos al valor agregado (IVA). Esto depende del tipo de comercio, de su rotación de inventario y del volumen de visitas, y por ende de las ventas, del Centro Comercial.

7)     Todos los gastos de capital, reinversión, seguros, mercadeo e inversiones de Responsabilidad Social (RSE) son absorbidos totalmente por el Centro Comercial

8)     La industria de los Centros Comerciales genera empleo directo a una tasa de 0,08 trabajadores por m2 de área arrendable, incluyendo personal de mantenimiento, operación, administración y empleados de tiendas, en turnos de Lunes a Domingo

9)     La industria de los Centros Comerciales genera empleo indirecto a una tasa de 0,16 trabajadores por m2 de área arrendable, incluyendo, fabricantes, importadores, transportistas, administradores, de empresas proveedoras de productos y servicios.

10)  En Venezuela hay 165 Centros Comerciales afiliados a CAVECECO con un total de  2.465.000 m2 de área arrendable que dan empleo a 591.600 trabajadores directos e indirectos.

11)  Los Centros Comerciales afiliados a CAVECECO, reciben 1,97 millones de visitantes todos los días para un total de 720,5 millones al año.

12)  La mitad de los visitantes a un Centro Comercial solo van a pasear y entretenerse.

13)  La apertura de los Centros Comerciales los  días Domingos y Festivos genera mayor empleo para los trabajadores y es demandada por la población visitante para su esparcimiento.

14)  La industria del Turismo depende fundamentalmente del desarrollo de la industria de los Centros Comerciales, con una fuerte competencia en todo el entorno de la región del Caribe.

15)  El principal atractivo para los visitantes de los Centros Comerciales es poder pasar su tiempo en un ambiente confortable, seguro y poder encontrar “de todo”.

16)  Los gastos comunes de los Centros Comerciales están en relación directa con su equipamiento, nivel de seguridad y nivel de confort que ofrecen al público visitante.

17)  Los gastos comunes de los Centros Comerciales son un gasto de los que ocupan y operan el local comercial y no son ingresos para el Centro Comercial. El Administrador del Centro Comercial administra el presupuesto que bien puede ser revisado y aprobado por los Comerciantes.

18)  Las indemnizaciones por incumplimiento de las normas de convivencia en los Centros Comerciales van al fondo de Gastos Comunes disminuyendo las cuotas de todos los comerciantes

19)  La inversión en los Centros Comerciales se recupera en períodos de diez a veinte años, dependiendo de las dimensiones del Centro, su desocupación, los gastos generales, la inflación, la reinversión de capital y los impuestos. Esta recuperación es reinvertida en otros Centros Comerciales llevando a los emprendedores a proveer de servicios comerciales a toda la población del país.

20)  Debido a la reinversión de capital la industria de los Centros Comerciales creció de  cero en 1999 a 165 afiliados a CAVECECO en 2013 con un total de 2.465.000 m2 de área comercial y más de 591.000 trabajadores relacionados a ella, sin considerar a los trabajadores que laboran en la construcción de cada Centro.

Nada se ha dicho de los Centros Comerciales en régimen de Condominio con propietarios que operan sus locales directamente. ¿Cómo será la aplicación del límite de gastos comunes en estos casos? ¿Podrán mantenerse las normas de convivencia comunitaria sin la existencia de indemnizaciones por incumplimiento?

 

sábado, 7 de diciembre de 2013


“LA INDUSTRIA DE LOS CENTROS COMERCIALES EN VENEZUELA. UNA PROPUESTA."

Por Mario Castro F., SCSM, SCMD, SCLS, SCDP
09 de Diciembre, 2013.

Caracas. La industria de los centros comerciales en Venezuela, fue creada por Inversionistas Venezolanos. Nació y creció durante el Gobierno del Presidente Chávez, desde 1999, con Profesionales, Arquitectos, Ingenieros y capitales venezolanos que han permanecido en el país, durante todos estos años. Ellos desarrollaron éste sector industrial comercial, que es el mayor empleador del país y con mayor cantidad de clientes.

Los empresarios del sector son Técnicos, Profesionales y Gerentes, que se ocupan de manejar éste sector de la economía, constituido por plantas industriales que son los Centros Comerciales, en los que se producen y ofrecen servicios comerciales y recreativos a todo el público visitante. Los trabajadores de estas plantas industriales, son los comerciantes asociados, sus empleados y también el personal técnico profesional de mantenimiento, administración y seguridad. Los empleos indirectos son los de miles de trabajadores que laboran en las  empresas proveedoras de bienes y servicios a los Centros Comerciales. El producto final de estos, son los bienes y servicios con el valor agregado de calidad, seguridad, recreación y confort que se ofrecen a todos los visitantes.

Los gastos comunes de los Centros Comerciales no son renta ni ingresos para el inversionista. Son el costo de operar y mantener los centros comerciales, según la calidad del servicio público que se requiere ofrecer.

La renta es la retribución de la inversión de trabajo, dinero y tiempo necesaria para construir éstas plantas industriales, diseñadas para durar muchos años, período en el cual se obtiene la recuperación de lo invertido y la remuneración del esfuerzo del inversionista y de su permanente trabajo gerencial.

La renta porcentual, une los esfuerzos del inversionista con los de sus asociados comerciantes, distribuyendo con equidad y trasparencia los resultados de la venta. Esta renta porcentual se calcula como un porcentaje de las ventas, netas de impuestos, fijando así la estructura de costo de los comerciantes, respecto del Centro Comercial. Esta renta es variable pues depende del producto o servicio que cada comerciante ofrece y de su volumen final de ventas.

A mayor o menor venta habrá mayor o menor ingreso para el inversionista, lo que estimula el mejor esfuerzo conjunto de todos los involucrados para tener un Centro Comercial operando en las mejores condiciones de prestación de sus servicios al público.

Mantener a los asociados comerciantes operando coordinadamente requiere de normas al igual que en toda sociedad. El incumplimiento de estas normas perjudica a todos los involucrados, por lo que es necesario establecer indemnizaciones (penalizaciones). Estas indemnizaciones disminuyen los gastos comunes que pagan los comerciantes, ya que pasan a formar parte de ese mismo fondo de gastos comunes o de condominio.

Propuesta a considerar

a)         El presupuesto de gastos comunes debe ser aprobados por un Comité de Arrendatarios y de la Administración del Centro Comercial.

b)         Proponemos se estudie realizar una encuesta dentro de los mismos Centros Comerciales entre el público visitante, los empleados y los comerciantes para establecer la apertura del Centro Comercial los días domingo y festivos.

c)         Es más justo, para todos los involucrados, tener una renta porcentual en vez de una renta fija, inclusive para la Administración Fiscal y los Municipios y Alcaldías, ya que se torna más sencillo el cálculo y la cobranza  de los impuestos y las tasas municipales. El porcentaje de las ventas se fija según parámetros internacionales ya conocidos.

d)         En todos los países, desde Alemania hasta China  pasando por nuestros socios del ALBA y del MERCOSUR como son: Bolivia; Argentina; Ecuador; Nicaragua; Chile; Uruguay; Brasil; etc., el cobro de la renta porcentual es una práctica justa y común y constituye un pilar fundamental de la industria de los Centros Comerciales en el mundo.

e)         Se eliminaría la renta fija como punto de conflicto en las actuales conversaciones.

lunes, 2 de diciembre de 2013

LO CONTRARIO

Pareciera que el PSUV venezolano, partido que gobierna el país hace más de quince años, no logra entender y captar que cada medida reguladora que adoptan produce el efecto exactamente contrario al buscado.

Ahora han dictado medidas reguladoras para la industria de los Centros Comerciales, probablemente confundiéndola con una actividad inmobiliaria. Los Centros Comerciales se sostienen gracias a las ventas de sus comerciantes, sus asociados. El cliente final es el consumidor.

Al prohibir la renta porcentual y regular el canon de arrendamiento desaparece el incentivo para crear valor (riqueza) en los promotores de Centros Comerciales. Estos, con seguridad buscarán liquidar y vender los activos inmobiliarios, convirtiendo los Centros Comerciales en condominios comerciales.

La regulación de los arrendamientos y gastos de condominio, así como la despenalización del cumplimiento de normativas,  que asumimos también será válido para aquellos Centros en régimen de. Condominio, impedirá que se presten adecuadamente servicios esenciales a la industria tales como: arrendamiento comercial selectivo para construir la mezcla comercial apropiada; adecuados servicios de seguridad y protección del público visitante; cumplimiento de horarios de atención al público; mantenimiento oportuno y seguro de la infraestructura física y equipos electromecánicos; actividades de mercadeo y promoción del Centro y de los servicios que este presta; administración eficiente y oportuna cobranza de gastos y costos de reinversión. Esto producirá, sin duda alguna la degradación física y comercial de estos complejos centros prestadores de servicios públicos

Los nuevos Centros Comerciales serán obsoletos antes de nacer y responderán a un concepto inmobiliario y de condominio. Me pregunto si los representantes del Gobierno habrán visitado los nuevos Centros Comerciales de China, a la vanguardia del diseño y promoción de la industria de los Centros Comerciales. ¿Por qué se le niega esto a los Venezolanos?
LA DESTRUCCIÓN TOTAL

Por primera vez, en estos quince años de gobierno del PSUV, este decreta la desaparición total de un sector industrial de Venezuela: la industria de los Centros Comerciales, el mayor empleador del país. Con un simple decreto inconsulto, borraron de un plumazo las bases de esta pujante industria de servicios, dinamizadora de las economías nacionales en todo el mundo, desde China a Europa, Asia, África, América y Oceanía.
Al parecer nadie le explicó al Gabinete del Gobierno del PSUV que la industria de Centros Comerciales no es lo.mismo que la industria de construcción y compra-venta de locales comerciales. Clásico error de la ignorancia en la materia.
La industria de los Centros Comerciales es un emprendimiento de largo plazo, con ingentes inversiones y grandes riesgos para sus promotores. Estos minimizan el riesgo creando equipos profesionales del más alto nivel en las áreas de: conservación y operación de inmuebles comerciales, seguridad y protección de infraestructura pública, administración y finanzas de activos comerciales arrendables, promoción y servicios públicos. Este equipo aplica prácticas de manejo de activos inmobiliarios comerciales que constituyen las mejores tendencias a nivel mundial en la búsqueda del mejor servicio y atención al público.
Todos ganan en esta industria: 1) los clientes consumidores tienen a su disposición bienes y servicios en un ambiente seguro, protegido y confortable; 2) el gobierno capta, a través de las ventas de los comercios del Centro, importantes impuestos a nivel nacional y tasas comerciales a nivel municipal; 3) la población tiene la más importante fuente de empleo directo e indirecto del país; 4) la ciudad gana en infraestructuras de servicio público modernas y a la vanguardia de las tecnologías constructivas; 5) los empresarios generan nuevos capitales que reinvierten en nuevos Centros Comerciales en ciudades y zonas desatendidas de servicios comerciales modernos y de vanguardia; 6) los profesionales tienen un área de empleo estable y sostenible permitiendo el crecimiento profesional y los ingresos familiares.;  7) los Centros Comerciales generan importantes acciones de responsabilidad social (RSE) en todo el país y en diversos sectores socioeconómicos.
Todo esto ha sido borrado de un plumazo, en medio de una calentura política, por algún ignorante que cree que un local comercial es lo mismo que la industria de los Centros Comerciales. Para qué tengamos una idea clara de lo que el PSUV hizo con las medidas de fijación de arriendos, eliminación de la renta porcentual y despenalización del cumplimiento de normas, haciendo el parangón con otra industria de bienes, es como sí se hubiera decretado la desaparición de Empresas Polar. ¿Queda claro?
Sí eso es lo que estaba buscando el PSUV, lo logró. ¡Mejor no hubiera podido hacerlo! Directo al corazón de la industria para una muerte súbita y fulminante. Al desaparecer las bases de la industria de los Centros Comerciales volvemos a la época de inmuebles comerciales administrados por Juntas de Condominio, pero esta vez no habrá más inversión y nos estancaremos con lo que hay. ¿Será este aspecto colectivista lo que decidió al PSUV a eliminar la industria de los Centros Comerciales?
Para este momento, la enorme masa de empleados directos e indirectos de los comercios y los Centros Comerciales están en pánico pensando en la estabilidad de sus ingresos familiares y en cuánto tiempo más durará su trabajo.
¿Esta es la forma en que el PSUV dice defender y apoyar a la clase media. Decide tu. Yo ya tomé mi decisión. Yo quiero una industria de Centros Comerciales libre y pujante, dinamizadora de la economía nacional y proveedora de servicios comerciales seguros en ambientes protegidos y confortables. Eso no lo hace una Junta de Condominio ni un gobierno colectivista.