viernes, 20 de diciembre de 2013

PUNTO DE NO RETORNO

El régimen Venezolano enfrentó las elecciones con una huida hacia adelante, radicalizando su ataque a aspectos esenciales de nuestro modo de vida occidental: propiedad privada, comercio y Centros Comerciales. Buscando votos, arremetió contra empresarios, comerciantes y propietarios de inmuebles comerciales atribuyéndoles la responsabilidad de la inflación y la debacle económica del país, siendo el régimen su único responsable.
El movimiento tuvo éxito y le rindió importantes frutos electorales al régimen, impidiendo una derrota cantada que todos veían venir. Más allá de las elecciones, las posiciones tomadas del régimen lo han colocado un paso más cerca del "punto de no retorno", posición que no abandonará a menos que se vea forzado a ello. Ha llevado su lucha revolucionaria a un punto muy cercano a un desenlace final y las fuerzas democráticas y el empresariado parecen no darse cuenta de esta situación.
En el año 1973 el sector comercio fue vital en el movimiento que provocó finalmente la caída del gobierno de Allende. Esto lo tiene muy claro el PSUV. No en balde este año su conmemoración de ese evento tuvo destacada importancia en actos y discursos oficiales el pasado 11 de septiembre. De aquí su arremetida contra el sector comercio, buscando votos y anular al más importante sector económico del país, conectado directamente con millones de electores de todas las clases sociales.
Los Centros Comerciales, industria desarrollada por capitales e inversionistas venezolanos durante el gobierno de Chávez, han generado, lejos, el más importante crecimiento en infraestructura urbana en los últimos años, proveyendo de fuentes de trabajo directo e indirecto a más de seiscientos mil trabajadores y se han constituido en el elemento más representativo de nuestro estiló de vida.
Los Centros Comerciales son visitados por dos millones de personas diariamente y todas están totalmente ajenas a la inminente desaparición de este modo de vida.
Los Centros Comerciales proveen al fisco de la mejor herramienta y el mayor volumen de recaudación del IVA, pareciendo que esto no importara al régimen en su carrera suicida por destruirlos.
Los Centros Comerciales son los mayores proveedores de ingresos para Gobiernos Municipales que tienen una fuerte restricción de aportes presupuestarios del situado y su recorte será fatal para estos gobiernos locales.
Los Centros Comerciales no podrán mover por sí solos al régimen de su posición de confort alcanzada a través de las medidas electorales. Tampoco los comerciantes podrán hacer nada frente a las presiones del régimen y la falta de recursos para reponer inventarios. Ni siquiera los Alcaldes, reunidos con el líder del PSUV, podrán cambiar la situación y mover al régimen de su posición.
Lo único que producirá resultados positivos en el esfuerzo por hacer entender al régimen y sacarlo de su posición será la presión de los electores, cuando estos adviertan la pérdida de sus espacios públicos comerciales y la posibilidad de acudir a ellos buscando satisfacer necesidades de bienes y esparcimiento, en lo que hoy es su modo esencial de vida. Esperar que el público se entere de lo que esta pasando para actuar puede ser demasiado tarde pues el régimen se habrá movido, para entonces, a otra posición que sin duda será un "punto de no retorno", como sería una Ley Orgánica dictada con los poderes de la habilitante.
Los Centros Comerciales, al igual que lo hizo el sector de los estacionamientos para poder ajustar sus tarifas, deben ajustar, de inmediato, sus operaciones a la normativa laboral y a la regulación dictada por el régimen de manera que sus efectos no sean minimizados y se constituyan en formadores  de opinión pública y generen apoyo político de la ciudadanía y de los gobiernos locales. Está en juego la subsistencia de nuestro modo de vida ... y eso no tiene precio.  

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